Dejando aparte la posible manipulación histórica de esa frase (nosotros creemos que en realidad dijo: -Vísteme despacio y márcame bien el paquetillo), vosotros, los pocos cristianos de corazón que quedan por este inhóspito lugar del mundo (alguno habrá), podéis cumplir los deseos de vuestro amo y vestirle con la ropa que queráis.

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