Un empresario iraní, en un viaje de empresa, cansado del día, decidió hacerse un regalo. Sacó un periódico, se fue a la sección de contactos y se pidió una mujer de compañia (parece ser que en esos países, pedirse una de estas señoritas es como pedirse una pizza, todo lo contrario que aquí. Lo que demuestra la diferencia cultural de España con los países iraníes). Sigamos con la historia, que me estoy yendo por las ramas de Úbeda. El empresario se llevó una gran sorpresa cuando al abrirse la puerta apareció su hija, mujer pública ella, Bueno, la sorpresa de la hija también debió de ser mayúscula. Pero la del padre más, que le dió un infarto y todo.
Y tras cada noticia, como siempre, mi reflexión:
*Pobre madre, ésa si que se llevó buena sorpresa: descubrir que su hija es puta y su marido putero al mismo tiempo no es algo que una mamá pueda soportar así como así.
* ¡Qué poca comunicación paterno-filial! Que un padre no se sepa la profesión de su hija... A ver, trabaja de noche, va pintada al trabajo, su uniforme de trabajo no es muy común, recibe multitud de llamadas... ¡No creo que tu hija sea panadera!
* Yo creía que de estos asuntos (de compañia) se encargaba la empresa, que tenga que hacer esto un trabajador... es indignante. ¡Sindicato por los Trabajadores Puteros ya! Creación del STP ahora!
* La foto no viene a cuento, pero me apetecía ponerla.
The end, my friends!
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